Adios al papa.
Como honorable que soy, pese a lo que digan los ignorantes, debo rendir cierto homenaje a este hombre que dedico su vida a Dios. Un buen contrincante reconoce lo valioso en el rival. No por estar en bandos opuestos voy a dejar de reconocer lo grandioso de su persona. Reconozco con sinceridad que el papa no fue un creyente del monton. Eso es lo que admiro en un mortal. Juan Pablo II mandale mis saludos al de arriba. Algun dia nos veremos.
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